Uso responsable de antibióticos – nuevas recomendaciones de la FAO

  • La resistencia a los antibióticos (cuando ya no funcionan) supone una amenaza para la salud de los humanos y los animales, su bienestar, y la producción animal.
  • Cuanto más uso hagamos de los antibióticos, mayores serán las probabilidades de desarrollar resistencia a estos fármacos. Por consiguiente, es cada vez más importante recurrir a ellos sólo cuando no hay otra opción y siempre bajo diagnóstico de un veterinario.
  • ¿Cómo reducimos la necesidad de antibióticos en los animales? Previniendo enfermedades (buen cuidado y cría de los animales, bioseguridad y vacunas). Los antibióticos son considerados como último recurso contra enfermedades.

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) ha publicado un documento donde advierte de los problemas asociados al uso extensivo de los antibióticos en animales y hace una serie de recomendaciones para reducir la recurrencia de su uso.

Los antibióticos han sido un descubrimiento revolucionario para curar infecciones en animales y humanos. Sin embargo, su eficacia ha reducido drásticamente debido al uso masivo que se ha hecho de estos fármacos: ya no curan de la enfermedad ni matan a las bacterias causantes de estas.

¿Por qué los antibióticos en animales ya no funcionan como se esperaba?

“Esto se debe a que la bacteria en particular se ha vuelto resistente al antibiótico. La resistencia a los antibióticos es una amenaza cada vez mayor para la salud humana y animal en todo el mundo”, destaca la FAO.

Se estiman en las próximas décadas varios millones de muertes anuales y un descenso importante en la producción ganadera atribuible a las infecciones por baterías resistentes. Que la bacteria causante de la enfermedad desarrolla resistencia al fármaco que originalmente le hubiera matado supone un grave problema que debe ser afrontado con urgencia.

Para proteger la eficacia de los antibióticos, es imprescindible reducir su uso general y restringirlo para sólo cuando es estrictamente necesario.

Según indica la FAO, debe tenerse en cuenta la probabilidad de la propagación de bacterias resistentes del ganado a los humanos y, además, que los agricultores tienen el mayor riesgo de infección.

¿Influye el uso de antibióticos en la producción global?

Globalmente, los antibióticos son más utilizados para el ganado que para los seres humanos con el objetivo de prevenir enfermedades y hacer crecer a los animales más rápido, imprescindible para el rendimiento en la producción animal. Estos fármacos se mezclan en los piensos y su uso está especialmente extendido en los sectores porcino y avícola.

La respuesta a la pregunta que inicia el apartado es no. Muchos países de la Unión Europea han prohibido y / o restringido el uso de antibióticos con estos fines y, aún así, no se ha visto reducida la productividad animal.

Estos datos muestran que sí hay otras opciones disponibles para los ganaderos y así atenuar el desarrollo de resistencia a los antibióticos. Además, se gana por doble: estas opciones pueden proteger la eficacia de los mismos antibióticos en la producción ganadera ya que, si implementadas, su reducido uso conllevará menores posibilidades de desarrollar resistencia.

Recomendaciones de la FAO para reducir el uso de antibióticos en animales

Así, la organización brinda una serie consejos para recudir la necesidad de antibióticos y, además, en cómo utilizarlos de manera responsable y eficiente en los casos en los que son realmente necesarios. Estas pautas han sido seguidas por ganaderos de porcino de diferentes países y “han demostrado su éxito sin obstaculizar la productividad”.

El camino hacia un menor uso de antibióticos en cada granja debe hacerse paso a paso y estar cuidadosamente monitorizado. Si queremos mantener a los animales sanos y con altos niveles de productividad, deben seguirse una serie de medidas que pueden ser distinguidas en tres niveles (ordenados jerárquicamente en función de su influencia):

1. Buenos cuidados de los animales

Esto incluye varios elementos comunes aplicables a todas las especies, aunque cabe destacar que los cerdos necesitan atención especial dada su vulnerabilidad y factores estresantes.

Aspectos comunes en todas las especies:

  • Alimento y agua de buena calidad, tanto en términos de nutrición como de higiene.

  • Calidad del aire para reducir el riesgo de infecciones respiratorias.

Algunos factores que generan mala calidad del aire son establos densamente poblados con ventilación deficiente, siendo un factor subyacente predominante en los problemas respiratorios comunes en los productores

  • Proporcionar materiales de cama para que los animales puedan expresar su comportamiento natural (reduciendo los niveles de estrés y mejorando al resistencia a las infecciones).

  • Llevar un seguimiento de producción, registro de los incidentes de enfermedades y el uso de medicamentos.

Cuidados especiales para la especie porcina:

Cuando las camadas de lechones son muy grandes, estos son más pequeños y débiles, siendo más difícil prosperar y habiendo mayor número de muertos. Además, algunos pueden morir de hambre si el número de lechones excede el número de pezones de la cerda.

Es fundamental que en el momento del parto dispongamos de espacio adecuado, evitando el aplastamiento de los lechones y pudiendo proporcionarles un espacio seco, limpio y cálido (lámpara de calor).

Es muy recomendable no destetar a los lechones antes de los 28 días, ya que no son lo suficientemente robustos para sobrevivir sin la cerda ni antibióticos. Anteriormente, la diarrea post-destete se consideraba inevitable sin el uso rutinario de antibióticos, pero ahora se ha demostrado que esto se puede prevenir en gran medida con una transición en el régimen de alimentación. Una manera puede ser comenzar a dar alimento dos veces al día a los lechones durante su primera semana de vida, y luego cuatro veces al día la semana antes del destete.

2. Bioseguridad

Las medidas de bioseguridad tienen como fin proteger a los animales evitando que entren infecciones, ya que estas pueden ingresar y expandirse a través de numerosas vías. La forma de propagación de infección más común en una granja de cerdos es a través de otra granja o por un jabalí reproductor. Por ello, usar inseminación artificial es más seguro que llevar una cerda a un verraco que no forma parte de la manada, o viceversa.

Otra forma de mitigar el riesgo de transmisión de infecciones es hacer una tan ya familiar cuarentena. Los cerdos recién llegados a las granjas deberían estar fuera de contacto del resto durante al menos tres semanas y ser monitoreados diariamente a fín de detectar signos de enfermedad.

La FAO aconseja minimizar la cantidad de granjas de las que obtienen los cerdos y tratar de obtener cerdos de las mismas granjas a lo largo del tiempo.

Lo mismo ocurre cuando en una misma granja, los animales están divididos en diferentes edificios o grupos. En estos casos, deberían agruparse por edad de los cerdos (segregación de edad)

Otras recomendaciones:

  • En las rutinas diarias, se debe comenzar con los lechones más pequeños y finalizar con los de mayor edad.

  • Es imprescindible cambiarse de ropa, botas, herramientas o instrumentos utilizados, y lavarse las manos adecuadamente al cambiar de edificio o compartimento.

3. Vacunas

La utilización de vacunas de manera sistemática es una forma de prevenir enfermedades infeccionesas específicas, siempre supervisado bajo un veterinario.

Cuando un cerdo se pone enfermo a pesar de haber implementado estas medidas, es cuando debemos plantearnos el uso de antibióticos. 

Siempre bajo las siguientes pautas:

  • Sólo utilizarlos cuando un veterinario ha realizado un diagnóstico de la enfermedad

  • Los animales deben ser tratados de manera individual por el veterinario.

Fuente: Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). (2021). Cómo utilizar antibióticos de forma eficaz y responsable en la producción porcina, por el bien de la salud humana y animal. http://www.fao.org/3/cb4158en/cb4158en.pdf 

“This translation was not created by the Food and Agriculture Organization of the United Nations (FAO). FAO is not responsible for the content or accuracy of this translation. The original spanish edition shall be the authoritative edition.”